¡LA GRADUACIÓN!

Mañana llega vuestro gran día: vuestra graduación como maestros.
Quizás alguno crea que no es tan importante o que se le da demasiada importancia, pero si nos paramos un momentito a pensar qué significa de veras ese acto, nos daremos cuenta de que en realidad sí es motivo de alegría y regocijo.
Pensad, chicos, pensad: se os nombra maestros, o mejor dicho... MAESTROS.
Y este acto es el que os otorga la dignidad y el privilegio de poder ser llamados así. Y no es una simple reunión, ni un fin de carrera cualquiera. Es el justo pago a vuestros esfuerzos.
Ya sé que a alguno todavía les quedan algunos remates, incluso que os puede faltar un curso para completarlo, pero eso es lo que realmente carece de importancia si habéis llegado a la conclusión y firme decisión de pertenecer a este vocacional cuerpo de maestros.
Y ya sé que repito mucho una palabra, pero es que me encanta, se me llena el corazón de orgullo , se me ensanchan los pulmones y el alma se me ilumina cada vez que la digo: MAESTROS.
Y ya sólo me queda desearos de corazón (y los que me conocen saben que lo de corazón va en serio) una tarde estupenda, una alegre celebración (con la familia, con los compañeros, con los amigos...) y un futuro lleno de experiencias gratas que sirvan siempre de estímulo para vuestro continuo perfeccionamiento y culminen en vuestra felicidad vital.
Un beso a todos.
Os añoro.