Si un niño vive con las críticas, aprende a condenar.
Si un niño vive con la hostilidad, aprende a pelear.
Si un niño vive con el ridículo, aprende a ser tímido.
Si un niño vive con la vergüenza, aprende a ser culpable.
Si un niño vive con la tolerancia, aprende a ser paciente.
Si un niño vive con el aplauso, aprende a confiar.
Si un niño vive con el elogio, aprende a apreciar.
Si un niño vive con la seguridad, aprende a tener fe.
Si un niño vive con la aprobación, aprende a gustarse.
Si un niño vive con la aceptación y la amistad, aprende a encontrar amor en el mundo.
Este decálogo es emotivo y muy cierto. Espero que siempre lo tengáis en cuenta como futuros educadores. ¡Qué digo futuros! Como educadores que sois.
ResponderEliminarPues sí Kiko, la verdad, que cuando lo leí por primera vez me gustó tanto que lo imprimí y lo plastifiqué para recordarlo siempre y tenerlo muy presente en mi futura labor como docente.
ResponderEliminarAdemás, podría ser como una carta que los maestros podríamos dar a los padres en el comienzo de curso, así podríamos tener la colaboración de ellos para la Educación de los pequeños...
Me ha encantado!!!!
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